sábado, 19 de junio de 2010

Amor entre pizza y gelatone.

Ya me conocen, el romance me llama, es inevitable para mí pasar ante una novela romántica, así me lleve una desilusión. Había dejado pasar mucho tiempo para hacer ésta entrada, tan decepcionada estaba que hasta flojera me daba escribirla.

Pero bueno, tampoco voy a ver el lado negativo solamente, así no tiene ningún chiste hablar (o escribir) de nada, leí "Perdona si te llamo amor", había leído recomendaciones de éste libro, que era un hitazo y que al parecer hasta secuela se había escrito. No es que sea ley, que si hay secuela, el producto sea bueno. Digo, Crepúsculo no es una obra maestra ¿verdad? 

Bueno pues ahí me tienen leyendo la historia de Nikki y Alex, que de principio, me sacó un poco de onda porque la diferencia de edades entre los protagonistas no es cualquier cosa. ¡Ojo! yo no estoy en contra de las parejas que se llevan varios años, aun que me parece que hay ciertos casos en los que además de notoria, llega a ser hasta escandalosa, lo de "asalta cunas" a veces está grueso. Nikki tiene diecisiete, Alessandro treinta y siete ¿casi nada, verdad? En México, ella estaría a un añito de ser mayor de edad, en otros países, como a cuatro todavía. Desconozco las tradiciones en Italia, pero... ¡Diantres, es menor de edad! 

Eeeeen fin, resulta que Nikki es más madura que lo que se espera por su corta edad (yo creo, que sólo es una justificación del escritor, para poder fantasear a gusto), tiene un grupo de amigas muy divertidas y viven la vida de las adolescentes de hoy, tan tán. Alessandro es un tipo maduro, un publicista de éxito quien ha terminado recientemente con su novia y queda maltrecho. Gracias a un accidente, la chica y el galán madurito, se conocen y a partir de ése momento comienza el romance más peligroso para cualquier diabético. ¡Jesús, pero cuánta azúcar! Bla, bla, bla, bla... Nada extraordinario, bla, bla, bla... sigue sin ser extraordinario, más dulce, más besos, más helados, más Roma, éso sí que me gustó. Roma, es un personaje que obviamente aparece en toda la novela, porque es ahí donde se desarrolla, pero ¡ah,cómo se me antojó conocer Roma! Al final, el amor triunfa ante cualquier barrera, fin.

La película la vi sólo por una razón, mide 1.81 mts, fue nadador, tiene piel morena, ojos verdes, una sonrisa de millón y se llama Raoul Bova, el gen de las deidades romanas está por toda su casi "hecha a mano" existencia. ¡Aaaaah! Una vez externada la voz de la hormona, prosigo.



La película no ofrece ni más ni menos que el libro, de hecho el mismo autor la dirige, Federico Moccia y no hace una gran labor como director además. Pero la química de los dos protagonistas me pareció buena y creo que interpretaron correctamente a los personajes. 






Si pueden, véanla si no hay nada mejor en la televisión, léanla si no hay una lectura que tengan pendiente. Y bueno, si lo que les apetece es la miel, seguro disfrutarán éstas dos opciones.

Un besote y salu2.

2 comentarios:

  1. Gracias Alexandra, la estoy bajando para algun día que no hagan nada mejor en la tv y tenga ganas de pasar un rato entretenido.
    Un beso.

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  2. Bueno, sólo por entretenerse va bien, el chico ya hace su trabajo entreteniendo con semejante físico... ;-)
    Un beso.

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