





Siendo sincera, hubo un par de escenas que me hicieron sentir pena ajena, por lo tontas que fueron, es más, lo que le sigue de cursi, pero ni modo, seguramente hubieran podido hacer algo mejor. Lo que de plano me hizo reirme a carcajadas, es que volvieron a usar el maldito sonidito de "tirilirilí", mejor conocido como wind chimes, cuando brillaba el vampirito principal (léase Edward Cullen, léase Mr. Pattinson), al sol. ¿Qué les cuesta no ponerle sonido al efecto de resplandecer o brillar? Que por cierto, ésta vez quedó padre. Agregaron otro detalle en el cuerpo de los vampiros que no les voy a revelar para no meter la pata, pero que a pesar de no mencionarse nunca en los libros, les quedó muy bien y ayuda a entender mejor la "anatomía" de éstos seres.